Achuwoky

Vistas San Juan de gaztelugatxe

Tarde de primavera en Rocadragón. Aquí el sol no acostumbra a brillar y el día es oscuro. Lluvia y tempestad acompañan nuestra búsqueda, pero esto no es nada para gente curtida en mil batallas. Nuestra casa es sinónimo de frío y tormentas, así que para nosotros hoy es un día de júbilo y regocijo.

Una misión nos espera, debemos visitar de nuevo nuestra cuna.
Un cuervo llega de Invernalia y nos entrega una nota. Un tesoro se haya cerca de nuestro camino y comenzamos la búsqueda.
Siguiendo las coordenadas, llegamos al lugar indicado para divisar la imponente imagen de Rocadragón en su máxima plenitud.
Cerca está el tesoro, lo intuimos y nos disponemos a su búsqueda.

Después de unos minutos, uno de nuestros compañeros de viaje ubica un sendero en el que notamos que recientemente alguien ha pasado por aqui.
Siguiendo su intuición, nos adentramos en el bosque y encontramos algo sospechoso.

Encontramos un recipiente con el símbolo de los Siete Reinos. Estamos en el lugar al que el cuervo nos trajo.

Al abrir la caja, una nota nos confirma la pista del cuervo y dejamos nuestra rúbrica en señal de visita.
Lo que encontramos allí dentro quedará para siempre sellado en nuestro ojos.

La emoción de ver nuestro hogar desde las alturas se convierte en el mejor tesoro posible.
Rocadragón es infranqueable. Estamos a salvo.
«Cada invierno que ha llegado ha terminado».

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